Lo esencial del electorado de C’s no lo formaban ciudadanos del mundo, de esos que creen en la multiculturalidad y los restaurantes étnicos, sino patriotas españoles.
Lo que está sucediendo en Cataluña con fuerza y en el País Vasco, Valencia, Navarra y Baleares con menor intensidad, forma parte de un fenómeno típico de toda sociedad en descomposición: la revuelta de los privilegiados.