La plaga del coronavirus, cuyas consecuencias apenas hemos empezado a paladear, nos ofrece una ocasión inmejorable para cambiar nuestra desquiciada forma de vida.
Es una evidencia que el Gobierno de Sánchez está utilizando la crisis del coronavirus para obtener el mayor rédito político en términos de poder puro y desnudo.
Quizá sea conveniente recordar el actual Versalles hispano en forma de denigrar el pasado inmediato hasta querer borrar su memoria como si no hubiera existido.