En el confinamiento de la Peste apocalíptica que sufrimos nos ha sido regalado un tiempo precioso para meditar sobre la civilización en ruinas en la que nos ha tocado vivir.
Hay que andarse con ojo, no vayamos a ir por la vida de rebeldes con causa y críticos del sistema, pero luego sólo valoremos a los escritores y pensadores que reciben premios oficiales y/o a los que copan la lista de autores más vendidos.