In pestis periculo scribuntur libri
En el confinamiento de la Peste apocalíptica que sufrimos nos ha sido regalado un tiempo precioso para meditar sobre la civilización en ruinas en la que nos ha tocado vivir. Y en este 21 de abril del año 2773 desde la fundación de Roma, hemos reflexionado sobre otras pestes que no son de índole biológica, pero ciertamente son mucho más dañinas para el alma que este virus mortífero para el cuerpo. Y hemos dado en identificar diez plagas que, al igual que las Diez Plagas de Egipto del Libro del Éxodo, están asolando con saña el solar que desde antaño ocupa ese enfermo terminal que es la venerable civilización occidental.
Ésta es mi lista, que a mi juicio tiene poco de discutible para aquel que conoce y ama la sagrada Tradición perenne. Quizá falte algo, pero si no están todos los que son, sí que son todos los que están.
1. Anatema sea la Plaga de la Reforma Protestante
Por la quema de casi cincuenta mil mujeres inocentes acusadas de brujería; por el suplicio de cientos de mártires; por inaugurar la represora sociedad panóptica en la que el Estado es centinela de la vida privada; por la profanación sacrílega e iconoclasta de miles de monasterios en el norte de Europa convertidos en amasijos de ruinas; por perseguir con saña a los pobres y exaltar a los ricos; por convertir en norma la hipocresía farisaica; por sacralizar el trabajo en una caricatura del ora et labora benedictino; por estigmatizar el otium y la vida contemplativa; por espiritualizar reverencialmente el Dinero, sacándolo así del pozo de ignominia ética al que había sido justamente arrojado; por el puritanismo que confunde virtud religiosa con represión de todo lo que nos produce felicidad; por atacar el luminoso Renacimiento; en suma, por reprimir todo lo bello, luminoso y dichoso a partir de un instinto de resentimiento contra la vida.
Coda: pero vindicamos la denuncia profética de la corrupción curial del Vaticano de los Papas renacentistas; el rechazo del poder temporal de los Estados pontificios; el cuestionamiento de la ilegítima teocracia papista y su clericalismo infeccioso que contaminaba la Iglesia; en suma, vindicamos el sueño benedictino, franciscano y gibelino de un Papa angélico, de una Iglesia pobre, austera y humilde.
2. Anatema sea la Plaga de la infame Ilustración
Por destruir todos los fundamentos de la Tradición perenne para sustituirlos por un frío racionalismo sin alma; por extinguir el anhelo de lo sobrenatural en millones de almas y así, siendo llamado el Siglo de las Luces, apagar paradójicamente millones de estrellas en el Cielo; por convertir el escepticismo en una forma de vida admirada; por el desencantamiento del mundo y el fin de lo mágico y lo maravilloso; por el fin de los cuentos de hadas y de los milagros; por introducir una amnesia embrutecedora en los intelectuales europeos haciéndoles despreciar y olvidar como bárbaros y supersticiosos los siglos del Románico, el Gótico y el Barroco; por denunciar la Inquisición y las Cruzadas pero disculpar la trata de negros y la esclavitud con sus millones de víctimas; en suma, por romper ¿para siempre? el cordón umbilical que nos unía a milenios de Tradición perenne, volviendo a millones de europeos zombies desmemoriados.
Coda: en este caso nuestra vindicación se resume únicamente en dos palabras: Goethe y Mozart.
3. Anatema sea la Abominación pestífera
de la Revolución francesa
Por el Terror y sus treinta mil inocentes guillotinados; por el genocidio de la Vendée y sus cien mil muertos; por la profanación sacrílega, iconoclasta y necrófaga de monasterios, iglesias y tumbas; por la ruina de Cluny, Saint-Denis y Notre-Dame de París; por la ley Le Chapelier y el fin de los gremios; por convertir a Francia bajo la tiranía napoleónica en una nación depredadora que destruyó la tradición y la riqueza de muchos pueblos de Europa; en suma, por convertir a París, antaño luz de la Europa de las catedrales, en cabeza de una hidra venenosa, una araña universal, que infectó todo Occidente.
Coda: pero vindicamos la igualdad y equidad ante la ley y el fin del privilegio; la purificación de una aristocracia corrupta y parasitaria que en buena parte ya no cumplía con su misión; la dignificación social de las clases medias burguesas; la extensión del patriotismo a las masas; el final de la nefasta dinastía borbónica; el final del despotismo ilustrado infectado por la masonería; el final de las cortes corruptas de pelucas empolvadas. En suma, vindicamos el final del horrendo neoclasicismo y de la infame Ilustración amparada por los Borbones.
4. Anatema sea la Plaga de la Revolución industrial
Por reducir a una oscura vida de miseria y esclavitud a millones de europeos, incluidos cientos de miles de niños; por convertir el trabajo en una mercancía y así crearse inmensas fortunas compradas con “la sangre” de unos salarios de miseria; por convertir a millones de honrados campesinos y artesanos en proletarios sin raíces, ni patria, ni religión; por amontonar como animales a sus familias en lúgubres infraviviendas en barrios atestados de ciudades tenebrosas llenas de hollín, contaminación y enfermedades infecciosas; por la multiplicación en esas familias desesperadas del aborto y el infanticidio; por el fin de los bosques y de la belleza natural europeas; por medir el tiempo con avaricia usuraria como si fuera dinero y terminar con los ritmos naturales de la vida tradicional. En suma, por traer a Europa una oscura Edad de las máquinas, de carbón y hierro, fábricas y lumpen.
Coda: pero vindicamos el libre mercado y la libre empresa que enriquece a las naciones; el espíritu de iniciativa del emprendedor y del hombre hecho a sí mismo que crea riqueza fundando empresas; la economía del mérito y el esfuerzo que recompensa al que más trabaja y es más audaz, permitiendo así la justa movilidad social. En suma, vindicamos en sus justos términos la libertad de empresa y la prosperidad que traen consigo, pero siempre sin arruinar la belleza de la Creación.
5. Anatema sea la Plaga de la Colonización depredadora
Por las crueles rapiñas y expolio sistemático de pueblos primitivos e indefensos (aunque no fueran inocentes); por la trata inhumana de millones de esclavos africanos, hombres, mujeres y niños; por los genocidios del Congo, Namibia o los Indios de América del Norte; por el etnocidio cultural de cientos de culturas ancestrales en América, Asia y África; por reducir a África (con la complicidad de tiranuelos locales) a la miseria y provocar una bomba demográfica y la consiguiente emigración masiva de africanos a Europa, un nuevo tráfico de esclavos que les arrebata a ellos sus raíces al mismo tiempo que destruye la identidad de Occidente. En suma, por extender los errores de la Ilustración y los horrores de la Europa industrial al resto del globo.
Coda: pero vindicamos la heroica epopeya del Descubrimiento de América; la audacia sin límites de los exploradores europeos que recorrieron los confines del globo; la gigantesca y hermosa empresa imperial que fue la Conquista de América, no movida por la depredación, sino por el proyecto universalista de una Monarquía Católica que uniera el orbe bajo una sola fe y un único soberano; la fundación por España de decenas de universidades y hospitales en los cuatro puntos cardinales de sus posesiones; la aniquilación en la América española, el África negra o en la India británica de cultos malignos cuyo principal ritual era el sacrificio humano, el infanticidio, el uxoricidio, o el canibalismo; la campaña de abolición de la esclavitud y la trata de blancas y eunucos de las potencias europeas en Asia y África. En suma, vindicamos todo lo bueno, bello y excelso que Occidente llevó al resto del globo y proclamamos abiertamente la superioridad de la civilización occidental, en su forma romana, sobre todas las demás.
6. Anatema sea la Plaga del “darwinismo social”
y el racismo biológico
Por convertir al Hombre, antaño imagen divina, en un sanguinario animal de presa en lucha por la supervivencia; por aplicar el vocabulario y los conceptos de la cría de perros de raza y caballos pura sangre a la familia humana, dotada de cuerpo, alma y espíritu; por dar más importancia a la claridad del color de la piel de cualquier patán que a la innata excelencia aristocrática, ignorando que hay superhombres en casi todas las culturas y etnias de la Tierra; por justificar todo tipo de criminales aberraciones eugenésicas con los más débiles; por desprestigiar y caricaturizar el concepto de jerarquía; por ser la cobertura pseudocientífica de la xenofobia más primaria. En suma, por convertir en sospechosa de ser fruto del odio nuestra defensa de la identidad cultural y la supervivencia de las civilizaciones originarias.
Coda: pero vindicamos nuestro derecho a hablar de las diferentes razas en un sentido espiritual y de la sangre en un sentido romano; el orgullo de portar la augusta sangre de nuestros ancestros; la sana aspiración a que no llegue el día de una Europa mestiza donde la sangre europea originaria sea minoritaria. En suma, vindicamos el rechazo más absoluto al melting pot multicultural del mundialismo, veneno mortal para el alma de las civilizaciones tradicionales.
7. Anatema sea la Abominación pestífera
de la Revolución bolchevique
Por llevar a la muerte a millones de niños por la hambruna del Holodomor y el Gran Salto Adelante; por exterminar a millones de inocentes en la cheka, en el Gulag o en los campos de la muerte; por convertir en un infierno orwelliano la vida cotidiana de millones de rusos, chinos, rumanos, búlgaros, albaneses, alemanes, camboyanos, vietnamitas, cubanos, españoles…; por matar el alma milenaria de la Santa Rusia ortodoxa inoculándole un veneno materialista; por extinguir el espíritu confuciano de la China ancestral; por finiquitar la civilización de los Lamas del Tíbet; por convertir Camboya en la mayor fosa común de la historia; por inocular el odio satánico propio de la lucha de clases en muchos corazones sencillos; por intentar suprimir la religión católica en España mediante matanzas de un sadismo indescriptible. En suma, por ser sin duda la mayor abominación de la historia del Hombre.
Coda: pero vindicamos el sentimiento de profunda injusticia que tantos millones de obreros sintieron ante la inmensa miseria y alienación provocadas por el sistema industrial manchesteriano; la puesta en valor del obrero como un estrato social digno y no una marginal chusma amorfa; la dignificación de la vida de los obreros industriales; la lucha por un salario justo y por una jornada laboral más humana; el fin del trabajo infantil en las fábricas. En suma, vindicamos todo lo que de humanista tuvo el marxismo.
8. Anatema sea la Plaga de la Democracia liberal
Porque parte de la negación radical de la Verdad; porque somete a votación principios eternos e inmutables; porque por ello precisamente los Estados democráticos carecen de principios o de un fin superior; porque es enemiga de la meritocracia, promociona la mediocridad en la sociedad y en la política la demagogia; porque padece de aristofobia, siendo para ella una amenaza la excelencia de los mejores; porque ha elevado a un altar a la masa ignorante y voluble en lugar de conducirla a un destino;
La Democracia liberal ha elevado a un altar a la masa ignorante y voluble en lugar de conducirla a un destino
porque es un sistema que en realidad esconde una oligarquía, ya que es fácil de manejar por aquellos que controlan el Dinero. En suma, por ser la tiranía de los muchos sobre los mejores.
Coda: pero vindicamos el estado de derecho y el orden que da a una comunidad el imperio de la ley; los derechos fundamentales e inalienables de toda persona en lo que toca a su integridad moral y física; el habeas corpus, la libertad de palabra, el derecho a no sufrir tortura ni ser maltratado o encerrado por causas ideológicas. En suma, vindicamos el legado occidental de los llamados “derechos humanos” en aquello que éstos tienen de saludables y acordes a la Tradición.
9. Anatema sea la Plaga de la Contracultura de Mayo del 68
Por poner del revés todo lo bueno, bello y verdadero en una inversión de los valores de tintes patológicos; por dar cobertura intelectual a las mayores aberraciones sexuales; por infectar a millones de jóvenes con el virus del hedonismo, las drogas no naturales, la pornografía y una hipersexualidad insana; por crear el mito dañino de la eterna juventud que ha creado generaciones de eternos adolescentes sumidos en una permanente crisis personal; por llenar de ruido y cacofonías de música estruendosa nuestra ciudades; por iniciar una guerra entre padres e hijos que rompió miles de familias; por difundir el aborto; por difundir la sinrazón del feminismo y la sedicente ideología de género; por relativizarlo absolutamente todo, hasta lo más sagrado; por convertir en sospechosa de fanatismo cualquier convicción firme sobre casi cualquier asunto; por dar el golpe de gracia a religiones y tradiciones milenarias con el surgimiento de ese postizo llamado New Age. En suma, por ser exactamente el mundo inverso al de la Tradición.
Coda: pero vindicamos su denuncia del consumismo, el aburguesamiento y el imperio del Dinero; su ataque al aburrimiento existencial del burgués; su original búsqueda de referentes en el mundo de lo imaginario, muy en especial en la literatura fantástica; la belleza que crearon algunos de los músicos de esa generación. En suma, vindicamos su maravillosa creatividad, por efímera y desencaminada que ésta fuera.
10. Anatema sea la Plaga del Mundialismo
Porque representa el final de civilizaciones milenarias a través de la unificación casi total de costumbres y formas de pensar; porque ha sustituido en todo el Planeta los templos y bibliotecas por gigantescos centros comerciales; porque difunde una forma de vida hedonista, el American way of life, que no es más que una burda parodia del otium antiguo; porque promueve un consumismo compulsivo que está alienando la psique del consumidor, además del ecosistema; porque es soft power yanqui, es decir, un instrumento de la hegemonía global de los Estados Unidos de América; porque supone un bombardeo continuo de tintes orwellianos de consignas materialistas a través de infinitos canales y altavoces mediáticos. En suma, por ser el fin de la libertad de las civilizaciones y patrias para ser ellas mismas.
Coda: pero vindicamos la oportunidad única que este momento actual de unificación “mundialista” puede proporcionar a los últimos defensores y custodios de la Tradición para hacer causa común con aquellos que están en la misma trinchera en aquellas culturas y civilizaciones originarias que no son enemigas de Occidente. En suma, se abre ante nosotros una última llamada al combate por la civilización. El Enemigo es una hidra universal. Por consiguiente, nuestro combate espiritual y cultural no puede ser local, tendrá que recuperar el universalismo romano de raigambre imperial que forjó nuestra raza. Europa y la Hispanidad, la Hispanidad y Europa son ese horizonte.
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