Vuelve ARCO, la feria del "arte" (sic) contemporáneo

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De igual modo que cada año, machacona, repetitivamente, ellos reproducen las mismas deyecciones e inauguran solemnemente la misma cosa denominada ARCO, de igual modo nosotros, en El Manifiesto, tenemos la costumbre de cumplir estos días de febrero el mismo ritual.

Consiste en ofrecer a nuestros lectores el video más mordaz e ilustrativo sobre esa gran impostura del “arte” (sí, sí, es increíble, pero lo llaman “arte”) contemporáneo. Ahí al menos, en lo de “contemporáneo” el adjetivo es correcto: no ha existido ninguna otra época en toda la historia cuyas “obras” hayan consistido en ciscarse literalmente en la belleza, en alzar en su lugar la absurdidad y reverenciar la fealdad.

Hagamos, sin embargo, una salvedad terminológica: sí existe un auténtico arte de nuestro tiempo. No está reconocido por los sátrapas del GTC (el Gran Tinglado de la Culturilla, como lo llamo en mi libro El abismo democrático), las obras de este arte no se expondrán en la feria de vanidades denominada ARCO, pero existir, claro que existe. Véase, por poner un ejemplo entre otros muchos, lo que hace un Modesto Trigo. Por tener, el arte de nuestro tiempo hasta tiene un museo que le está dedicado en exclusiva: el Museo Europeo de Arte Moderno, en Barcelona, de iniciativa privada, huelga decir.

Pero vayamos con nuestro ritual. Algunos de nuestros lectores ya saben de qué va y podrán disfrutar de nuevo con estas imágenes. Otros las descubrirán ahora. Pasen pues todos, vean y ríanse. O lloren...

 

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