Vox concreta su programa electoral. Y lanza una bomba
No es la revolución; pero se acercaría bastante a ella si una parte sustancial de las medidas propugnadas el viernes llegaran a aplicarse.
El concepto de "vergüenza torera" bien podría trasladarse al circo montado en Extremadura, donde una señora, sin ganar las elecciones, se autoproclamó presidenta de una Comunidad en la que no le salen en absoluto los números para gobernar.
"Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo."
Si quiere romper su techo tienen que dirigir un discurso, no contra el PSOE (la izquierda), sino contra el PPSOE (el sistema). Esto exige otras propuestas.
La única diferencia entre las dos facciones del partido único, es que los socialistas manejan a la perfección el navajeo político y exhiben, como su cabecilla, un cinismo absolutamente desprovisto de vergüenza y de ingenuidad, propio de macarras encallecidos.
Como en el Sexenio fernandino, los Ugartes y Chamorros (hoy Garzones y Monteros) animan con sus ocurrencias y disparates una vida política que oscila entre el marasmo y el tedio.
