El pasado jueves 27 de febrero, mientras Italia se preparaba para decretar la prohibición de todas las concentraciones públicas, las autoridades todavía incitaban a los turistas extranjeros a visitar sin miedo sus lugares turísticos.
Unos y otros agitan sus fantasmas (antifascismo, anticomunismo) para que este gran guiñol que es el régimen del 78 pueda continuar. Y, mientras tanto, los únicos que afianzan posiciones son los partidos nacionalistas en su empeño de destruir a España.
La hegemonía de la izquierda en la juventud ha terminado. La derecha intelectual ya no se rasga las vestiduras e, incluso, conquista los platós televisivos.
Lo esencial del electorado de C’s no lo formaban ciudadanos del mundo, de esos que creen en la multiculturalidad y los restaurantes étnicos, sino patriotas españoles.