Todo el trayecto de Jünger se puede condensar en esta frase suya: “El orden humano se parece al cosmos en que, para renacer, es preciso que se sumerja de vez en cuando en el fuego”.
Ésta es la historia de dos tipos requetefinos, dos tipos casi divinos, dos tipos desbarataos que se encontraron en una esquina con una distribuidora de revistas pueril y acomplejada.
Así como se escribieron historias paralelas de héroes y grandes hombres de la Antigüedad, pudieran escribirse unas vidas correspondientes entre Joselito y Belmonte