Afortunado mortal, presente en La Maestranza sevillana el 26 de abril de este año, Philippe Gibelin evoca dos cosas: lo que pasó en la histórica faena de Morante de la Puebla, y lo que se juega en las entrañas del toreo, nuestro grandioso arte nacional.
El clamoroso, histórico triunfo de Morante de la Puebla en Sevilla
El milagro del arte (cualquiera que sea)cumple una ley divina, y ésta se manifestó ayer en Sevilla cuando Morante, el hombre, lo puso todo, y Dios dispuso de ello.
En la oda actual hacia la fealdad y lo materialmente insustancial, cabe preguntarse qué ha sido de la belleza y la sacralidad que permitían a la humanidad identificarse con el origen y fin de todo.