Lo que muchos soñábamos con que sería pasajero, flor de un día, parece que va camino de la pandemia. No, no era tan tonto cuando lo comprasteis: Zetapé se queda.
La noticia la ha dado El Mundo y ya circula à toute vitesse por la red de redes. Zetapé tendrá, amasado por Mediapro y Globomedia —esto es, por Jaime Roures—, su propio diario en los quioscos de toda España para el otoño que ha de venir.
Antiguo felipe —militante del Frente de Liberación Popular, organización clandestina bajo el franquismo— y más tarde trotskista bajo el alias de “Melan”, Roures es hoy nuestro rey Midas, la estrella emergente de la industria audiovisual carpetovetónica: televisión, cine, prensa, distribuidoras, publicidad y un largísimo etcétera con intrincadas y sorprendentes relaciones. Nacionalista convencido y marxista —dicen las malas lenguas que de mentirijillas— Ruores, bajo las velas de la nao capitana conocida como “La Sexta” —caprichito de Zetapé—, dirige una mesnada que ha abrevado en prácticamente todas las empresas editoras, aunque con especiales querencias hacia PRISA y la televisión autonómica catalana, pero que ahora tiene las suficientes pilas como para empezar a andar sin muletas. El Público —o Público, a secas— que es como se llamará el tabloide cuenta ya incluso con director: Ignacio Escolar.
¿Qué ocurre con Zetapé? ¿No se fía de que el final de don Jesús provoque convulsiones que lo devoren como Cronos se zampaba a sus hijos? ¿Pretende puentear a la PRISA felipista —de Felipe González Márquez— y consolidar su socialismo-diálogo-de-civilizaciones más allá de cualquier falsilla y/o baronía impuesta? ¿Las dos cosas a un mismo tiempo?