El insulto de la gala Drag Queen de Las Palmas a la civilización cristiana es mucho más que una simple "provocación". Es posible creer o no, por supuesto, y nadie entrará a juzgar eso, pero la profanación deliberada es algo que va mucho más allá de la creencia personal. Por un lado, objetivamente, es una agresión extrema a la libertad de culto. Por otro, ideológicamente, es una declaración de guerra a una forma de entender la civilización. Que esto se haya hecho en ámbito público, con dinero público, amparado por poderes públicos (el PP, por cierto, cómplice) y en un canal de TV público añade aún más oscuridad al asunto. El poder —porque esto es el poder— ha declarado la guerra a los fundamentos de nuestra propia cultura. Ergo: o defensa, o derrota. No hay más.
A propósito de la mamarrachada Drag Queen de Las Palmas
Estamos en guerra
El poder —porque esto es el poder— ha declarado la guerra a los fundamentos de nuestra propia cultura. Ergo: o defensa, o derrota. No hay más.
El insulto de la gala Drag Queen de Las Palmas a la civilización cristiana es mucho más que una simple "provocación". Es posible creer o no, por supuesto, y nadie entrará a juzgar eso, pero la profanación deliberada es algo que va mucho más allá de la creencia personal. Por un lado, objetivamente, es una agresión extrema a la libertad de culto. Por otro, ideológicamente, es una declaración de guerra a una forma de entender la civilización. Que esto se haya hecho en ámbito público, con dinero público, amparado por poderes públicos (el PP, por cierto, cómplice) y en un canal de TV público añade aún más oscuridad al asunto. El poder —porque esto es el poder— ha declarado la guerra a los fundamentos de nuestra propia cultura. Ergo: o defensa, o derrota. No hay más.
Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.
¿Te ha gustado el artículo?
Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.
Quiero colaborarOtros artículos de José Javier Esparza
- Lo que nunca ha entendido del conflicto israelo-palestino, y que ahora entenderá
- Lo más importante que ha pasado
- [ESPAÑA] Isabel y Fernando. Por ellos somos lo que somos
- La revolución sexual sin grilletes (y II)
- La revolución sexual sin grilletes (I)
- Contra el espíritu fáustico de la modernidad
- De la democracia liberal a la «oligarquía liberal»
- Lenin: la más alta expresión del tirano moderno
- Contra la endofobia nacional
- Con Pedro Sánchez, más nucleares y menos inmigración... en Europa
- El último irreductible: Agustín de Foxá
- El «drama» de VOX (y sus apuntadores)
- Qué quiere decir «descivilización»
- Réquiem por Occidente
- Qué quiere decir «descivilización»