Tras esas precisas palabras, el carihuraño y buen actor José Sacristán dijo que se veía obligado a felicitar a Ayuso por su triunfo en Madrid. Buen gesto, el del cómico, al menos.
La literatura: una de las pocas cosas sagradas, junto con el resto del arte, que aún nos quedan.
Si el pensamiento y la emotividad neoprogres odian algo con especial inquina, es la belleza.
"¡A las armas, a las armas! ¡Ha llegado el día de la ira!".
Don Rodrigo no supo defender sus fronteras. El Gobierno de Sánchez tampoco sabe. Peor aún: no quiere y, seguramente, no puede.
Lo que hace grandes a las naciones no es la inteligencia de sus ciudadanos, ni su capacidad para crear riqueza, ni la belleza de su patrimonio, ni el arte de vivir, ni la importancia de su historia, ni siquiera su arsenal militar.
