El fascismo como una religión civil plagada de símbolos y ritos de la tradición italiana, una de cuyas premisas fue indagar por la "romanidad" perdida, es analizado por el historiador Emilio Gentile, en su libro 'El culto del littorio: la sacralización de la política en la Italia fascista'.
Nietzsche ha dejado escrito: “Es la música que hay en nuestra conciencia, el baile que hay en nuestro espíritu, lo que no quiere armonizar con ninguna letanía puritana, con ningún sermón moral”.