Mirad la foto: el rey, Rajoy, Puigdemont, la Colau, Soraya, todos con gesto triste pero decidido, aplaudiendo y, en el fondo, aplaudiéndose a sí mismos, llorando la muerte sembrada en Barcelona –llorando sinceramente, yo no digo que no–, pero al mismo tiempo resueltos a seguir predicando el discurso de la resignación, el "tenemos que vivir con esto".