Tanto en los barrios de los suburbios como en las grandes ciudades conquistadas por la invasión inmigratoria, ha arrasado el candidato islamo-izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Los grandes banqueros y los caciques del IBEX-35 no tienen el menor empacho en compadrear con los supuestos “rojos” de este Gobierno, que es el más sumiso que jamás haya existido frente a las exigencias de la plutocracia planetaria.
Ese morito que cruza a nado los escasos metros que separan Marruecos de la frontera española en Ceuta, lleva colgando a la espalda unas cuantas botellas de plástico vacías que le sirven de salvavidas.
Mientras que toda Europa lleva un año sumida en el caos de la (mala) gestión de la pandemia, un enemigo insidioso ha conquistado numerosas posiciones: el islamismo.