El bueno de José Jiménez Lozano recoge en sus Impresiones provinciales el repugnante hecho sucedido en Sevilla hace un par de años, cuando los jóvenes botelloneros concentrados en las inmediaciones de una residencia de ancianos se lo pasaron bomba insultando y golpeando a los familiares de un anciano recién fallecido y otros acompañantes del cortejo fúnebre. El suceso le ha servido a dicho autor para subrayar que "éstos son los indeseables pero seguros efectos no sólo de la educación escolar de estos años, sino del descenso intelectual, moral, y del gran aumento de la degradación humana que ha experimentado el país", lo que ha resumido en la acertada expresión "derribo de la civilidad".
Los bárbaros somos nosotros
¿Cómo vamos a modelar seres humanos civilizados si ya no creemos en la civilización?
El bueno de José Jiménez Lozano recoge en sus Impresiones provinciales el repugnante hecho sucedido en Sevilla hace un par de años, cuando los jóvenes botelloneros concentrados en las inmediaciones de una residencia de ancianos se lo pasaron bomba insultando y golpeando a los familiares de un anciano recién fallecido y otros acompañantes del cortejo fúnebre. El suceso le ha servido a dicho autor para subrayar que "éstos son los indeseables pero seguros efectos no sólo de la educación escolar de estos años, sino del descenso intelectual, moral, y del gran aumento de la degradación humana que ha experimentado el país", lo que ha resumido en la acertada expresión "derribo de la civilidad".
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