De sobra conocíamos las virtudes que, como historiador, adornan a nuestro colaborador Jesús Laínz. Ignorábamos, empero, que las mismas se extendieran también al ámbito excelso de la poesía. De esta ignorancia nos sacan los siguientes versos que el vate —siempre a la vanguardia de la más rabiosa modernidad— escribe en quaderna vía.
cuando hace treinta años a nuestra progresía
se l’ocurrió la idea de qu’a la infantería,
más que saber historia, latín e ortographía,
La cultura es inútil, por doquier s’entendía.
–"¿Cervantes? –Un estorbo que nada aportaría.
–¿Tratar de usted? –¡Clasista, fuera la cortesía!".
de qu’el mal estudiante ya non repetiría:
–"¡Santa Igualdad! ¡Sin ella se discriminaría
al vago redomado! ¡Y se nos frustraría!".
con nuevos añadidos que hicieron todavía
más descansado e fácil cambiar la fruslería
de la viexa cultura por la ciudadanía.
menistros, profesores de ley o economía,
alcaldes, senatores, e cualquier tío o tía,
patean a la lengua con goço e alegría.
no opine por la tele con charlatanería
e sin soltar dislates que resucitarían
al Espíritu Santo e la virgen María.
(Amandus de Miguelis otro millón tendría):
hoy no hay quien no utilice, con ansia e con porfía,
cultura confundiendo con la pedantería,
e a ser posible inglesas, que dan categoría:
implementar, plausible (¡qué gran bellaquería!),
condicionalidades et otras boberías
el tiempo ya no es tiempo, es "climatología";
nadie tiene opiniones, sino "filosofía")
que cual loros repiten, tres mil veces al día,
parlantes de noticias e hasta en la lotería.
De todos, los peores (aparte señorías
d’ésas que regurgitan rencores cada día,
o riña de matronas en la pescadería)
son quienes se dedican a hablar d’economía.
E ansí acaba esta historia sobre l’algarabía
si vieran la ignorancia e chabacanería
qu’agora señalamos, ansí, en quaderna vía,
a tanto perpetrante de tanta tontería.