Dios los cría y ellos se juntan

Y Fidel Castro... ahora se hace capitalista

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Venimos viendo aquí y allá comentarios sobre la apertura capitalista en Cuba: ¡El socialismo de los socialismos, el ejemplo revolucionario con el que nos agotaron los ideólogos, de esos que no se equivocan nunca! Se exportaba la revolución a sitios lejanos como el África o se la infiltraba en sitios donde ya había una revolución nacional y popular, aunque siempre equivocada según los misteriosos y esotéricos popes del marxismo.

Todavía tenemos que soportar cada día la arenga interminable o la reprimenda de los comisarios políticos del progresismo internacional, que aman la revolución cubana. En mi país ya casi desintegrado por las multinacionales, muchos de los burguesitos que gobiernan dan cátedra de castrismo, de lo noble y ejemplar que es la revolución cubana. Se olvidan que en su propio país la dependencia y la falta de soberanía son totales ¡mientras ellos mismos gobiernan! El internacionalismo apátrida revolucionario finalmente se sacó la careta que ya mostraba su horrible rostro por los cuatro costados.

El partido comunista cubano permitirá la economía privada, empezando por el impulso personal, eso que en un país soberano puede ser considerado como un impulso creativo de acuerdo a lo natural en el hombre, y que fue siempre denostado como egoísmo capitalista por la lógica del dogma comunista. Pero ahora ya no, ahora de pronto es bueno.
 
Que el capitalismo de Estado y el liberal nunca fueron antagónicos es algo que siempre sostuvimos y siempre nos fue negado. Ahora que se complementan perfectamente a la vista de todos, mediante las negociaciones de un partido único opresor y antipopular y las grandes empresas multinacionales en todas partes, queda claro que ningún pueblo estará mejor con ninguno de los dos, no ya en lo cultural y espiritual sino también en lo material.
 
Nunca me gustó entrometerme en los procesos políticos internos de otros pueblos, pero está muy claro que el internacionalismo jamás pensó lo mismo. Me preguntó ahora si alguien se dará cuenta de lo criminal que fue mandar tanta gente valiosa a morir lejos de su tierra, para unos fines que no eran los que se mostraban sino otros. No es extraño que el capitalismo que mejor funciona sea el chino, mitad esclavismo comunista y mitad capital. Pero ese es un problema de los chinos, hasta que están de pronto dentro del ámbito que es propio de nuestro pueblo, y entonces no sabemos si son capitalistas o comunistas, pero sí que son ellos los que mandan.
 
Hay millones de imbéciles que se tragan la píldora de la ideología mientras un poder concreto se los come por dentro. Es que lo que ellos venden no es lo que compran, ese es su secreto. Y no me refiero sólo a mercaderías concretas, sino al tipo de pensamiento que les conviene vender.
 
El liberalismo sirvió a Inglaterra para imponer su comercio al mundo y crear un imperio. Las revoluciones internacionales importadas sirvieron siempre para frenar las propias, que eran las realmente peligrosas para el poder mundial.
 
Hoy los socios ya no se reúnen en secreto. Ya no hace falta.

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