No busquen más : “La niña de Rajoy” soy yo.

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Rectifico. Somos absolutamente todas las currantas del panorama nacional. ¿Y que mujer no trabaja en España? Hasta las putas se levantan el jornal con el sudor, no de su frente, sino de su ingle. Bueno, gandulas y regalonas haylas, como las meigas, pero son las menos, las privilegiadas, las que llevan impresa, en esa parte de la anatomía que según las patiperras “se lava y se estrena”, una visa platino. Por cierto: ¿Ustedes han visto alguna vez una tarjeta platino? ¿La han acariciado con los dedos con voluptuosidad? Pues yo no. Y la niña de Rajoy tampoco. Aunque también diré en mi favor que carezco de números rojos en la cuenta corriente ¿Qué dicen? ¿Que eso es porque no me conceden ni un céntimo de crédito, arrebatándome la posibilidad de endeudarme? Vale. Eso también.
 
Pero prefiero ser “niña de Rajoy” que “libro blanco” de Zapatero. Sí, sé que tiene un “libro blanco”, creación de sus asesores, que son esos que le desdramatizan las cejas diabólicas y picudas con su miajita de depilación y su toquecillo de maquillaje, porque los asesores, aparte de preparar “fichas”, alumbran ideas, y como los socialistas se la cogen con papel de fumar porque su ideología, ex marxista ligth, socialdemócrata, progre-roja con matizador para no acojonar y tal Pascual, sus directrices, caben enteritas en un “libro blanco” que es como se llama a los textos que no van emborronados de negro, con incómodas letras de imprenta. Van sin escribir. Por puro sentido de la libertad. Porque así te lo regalan y cada cual puede escribir lo que le dé la gana, sin imposiciones ni adoctrinamientos. ¡Que bastante nos han tratado de porculear con el dogmatismo cutre de la Educación para la Ciudadanía, o con “Cómo educar a borregos dirigibles y manipulables para que “aluego” (dicen en mi barriada) nos voten y nos perpetúen en el cargo, es decir, en el medio de vida”! ¡Desengáñense, cuitados! ¿Cuántos de nuestros políticos tienen “vida fuera de la política”? El barbas Rajoy la tiene, porque fue el registrador de la propiedad más joven de España, con veinticuatro añitos la criatura, y los registradores, los notarios y los de las oposiciones “malas” se forran los huevos, porque para eso han unido voluntad e inteligencia y se lo han currado.
 
Pero quitando a cuatro flores de pitiminí o a cuatro profesionales exitosos que, encima, pierden dinero siendo políticos, el resto, para servidora, que están más tiesos que “la niña de Rajoy”, que lleva a la guardería los dos euros, uno para el bollycao y el otro para el pulevita de chocolate. Y tienen menos haberes que el libro blanco de ZP, que, por no tener, no tiene ni letras y por eso es blanco como la nácar, como si lo hubieran blanqueado y escamondado con la célebre lejía de “El Santo Cristo amarrado a la columna”. ¿Por qué me increpan? ¿Dicen que estoy plagiando el nombre de unos polvorones de Ecija? Pues sí, lo plagio porque me sale de mis vergüenzas y porque, para servidora, lo más notorio de esa bellísima población sevillana son las “Yemas el Ecijano: el placer del sibarita”. ¿Que son mejores las yemas de Santa Teresa? Ustedes me tratan de socavar moralmente pinchándome en lo que más me duele: mis principios humanistas cristianos. Y ya se sabe que los creyentes paladeamos con fruición todo lo que pare la alacena de las monjas, esas que nos dan gloria bendita, pastelillos y toronjas y dulces de leche frita.
 
¿Que “las niñas de Rajoy “ nos enrollamos en la picha de un chanquete? Lógico y natural, las fatigas y el curro duro agudizan el ingenio y hacen funcionar los dos hemisferios cerebrales, el izquierdo, el matemático y racional, para hacer los números y que no nos sisen en la compra, y el otro para echarle salero a la vida y vivir con auténtica avidez, desde ese hemisferio derecho, cada instante amable que nos brinda el cada día y que nos regala el buen Dios. Las niñas de Rajoy queremos, el mujerío quiere, cualquiera que sea su edad, no tener hambre, ni miedo, ni frío, ni pena. Y crecer con esperanza. Y que nos enseñen a enfrentar con ilusión la aventura del conocimiento. Y que no nos den limosnas en plan “paridad”, sino que nos reconozcan unos derechos que son reales, porque, la que vale, vale, y si no miren a Isabel Estapé, la notaria. Y que si aún queda algún gañán, palurdo y atapuerca´s man que discrimina a las mujeres, que le corran a hostias y que le metan un tampón en el gaznate. Y que el tampón lo fabriquen en plan ecológico, reciclando las páginas níveas del “libro blanco” de ZP.
 
¿Qué gruñen ahora? ¿Que las delicadas páginas blancas del “libro blanco” son ideales, además, para que la niñita de Rajoy se limpie el culo? Bueno, vale, no les voy a quitar la razón.

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