Barbas: Sé un crack

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Que conste que el título de este articulejo no es una orden. De hecho, no me gustan las mujeres mandonas, ni tampoco las marisabidillas y menos aún las relamidas. Mi conminación al barbas Rajoykozy tiene un mucho de ruego y un más de estado de auténtica necesidad. Porque este pepero cada día asemeja más un clon del carismático Sarkozy y un calco intelectual de Angela Merkel. Lo que podríamos llamar “Los tres mosquediestros”, con sus respectivos clubes de fans y sus mantras espirituales para llegar a un estado profundo de meditación y concentración cósmica. Unidad con el Universo en la cantinela mística que trasciende la vulgaridad materialista de los eslóganes, para empaparse de esoterismo. ¿Que cuál es el mantra que nos aúna con nuestros líderes, empapándonos de espiritualidad? ¿No lo conocen ustedes? Vale, se lo comunico para que leviten: el mantra en cuestión es “Somos la derechota, porque nos sale de las pelotas”, y para quienes apuesten por la modestia y el ascetismo esenio: “Somos la derechona, porque nos sale de la punta de la pichurrona”. ¿Me pueden explicar el por qué de su airada reacción? ¿Que las frases en cuestión les parecen de una indefinible ordinariez? No. No lo son. ¿O es que ustedes van de pijos del antiguo Mester de Clerecía o de onegetistas de subvención y pañolete palestino? Paso de ustedes.
 
De hecho, nada pondrá cotos ni barreras al optimismo luminoso que, lentamente, me va invadiendo. El barbas Rajoykozy lanza una idea nueva en forma de cornada, o de corná, que es como se pronuncia con fundamento, y el público se alborota. Me estoy refiriendo al público conformado por la España que madruga, por los currantes y las currantas, por quienes vemos sufrir a nuestros hijos la lacra del mileurismo y siempre hemos considerado a los socialistas unos hipócritas que gobiernan defendiendo los intereses de los empresarios, explotadores de mierda. Y del capital. Hipócritas y pamplineros, con sus coletillas dialécticas manidas y mentirosas tipo “los inmigrantes desempeñan los trabajos que los españoles no quieren desempeñar”. Mentira pura y dura. Los españolitos queremos desempeñar cualquier trabajo digno y honrado, siempre que se nos pague lo justo y que no se nos explote laboralmente. Amortizar nuestros esfuerzos y nuestro empeño. Pero los empresarios prefieren mil veces contratar a inmigrantes que se acoplan, por pura necesidad, a lo que, mezquinamente, se les ofrece. ¿Y quiénes se llenan los bolsillos de billetes con el trabajo de los extranjeros ínfimamente pagados? Pues los empresarios. El capital. Lógico y normal cuando la izquierda, arteramente y por pura conveniencia, ha acabado con el sindicalismo de los buenos tiempos.
 
Así, los españoles que no ganamos pelas sobre los sudores de los inmigrantes, que somos los más, tenemos la esperanza puesta en el advenimiento del barbas, en representación del clan de los mosquediestros, para relanzar a los sindicatos. Y que estos sindicatos no sean apéndices subvencionados del Ejecutivo, sino un elemento de auténtica defensa de los derechos de los trabajadores. Y erradicar el mileurismo y los contratos basura con los que las empresas se aprovechan de jóvenes brillantes a cambio de una miseria, para luego ponerles en la puta calle, bien explotados, exhaustos y hechos polvo moralmente. ¿De cuándo, de qué y de dónde tanto abuso y tanto mamoneo por parte de las empresas? Barbas: sé un crack y acaba con las arbitrariedades, prohíbe el sistema de “los becarios”, donde los empresarios ponen a trabajar como a bestias a JASP (jóvenes aunque sobradamente preparados) por una simple gratificación. Joder, que ya no estamos en los tiempos en los que los aprendices dormían debajo del mostrador y comían las sobras de la pitanza de sus amos. El mileurismo, la explotación de los cerebros brillantes y la desesperanza, es invento de nuevo cuño, llevado a la cima por el desinterés total de los socialistas por la economía real. Por el pan nuestro de cada día auténtico, donde los desaprensivos contratan a extranjeros porque son más baratos y reclaman menos, ningunean a los españoles que no se dejan ni explotar ni esquilmar, contratan y despiden a becarios hurtándoles sus rácanos salarios y su posibilidad de ascender en la empresa. Porque el JASP español tiene una preparación del copón y los ambiciosos no son bien visto en las empresas (¡A ver qué se ha creído este enteraíllo con sus idiomas y sus masters de mierda, ya ves yo, sin idiomas y sin máster, el puesto en el que estoy!).
 
¡Rajoykozy, queremos “auténticos” sindicatos! Y que se deje de hablar de los salarios-basura y de la explotación laboral como la panacea que relanzará la economía. Porque es mentira. Los salarios son de mierda. Las pensiones son una mierda. Y lo único que ofrecen “estos” a la juventud son “ayuditas” para pagar las rentas abusivas y descontroladas. Barbas: sé un crack y acaba con la institucionalización resignada de los abusos. Mete caña, barbas. Sé un crack.

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