ZP y Rajoy : personajes de chirigota

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Les oímos hablar y no parecen “de verdad” sino seres absolutamente ficticios, expertos en simplezas y en promesas manidas. Desmoralizan. Es evidente y lo digo pese a que pienso votar a la no izquierda cristiana del PP. Y no porque nos lo indiquen los pastores de almas, esos obispos que tienen derecho a opinar sobre lo que les apetezca en virtud del art. 33, es decir, porque les sale de sus píos cojones, aunque, lógicamente, como católicos, debemos obediencia a la Santa Madre Iglesia, y si esa obligación concuerda con el soponcio socialista, la cumplimos con infinitamente más fervor. Porque nosotros somos muy fervorosos y eso se comenta en toda la UE.
 
Pero es una lástima el caudal de ideas y de solución de problemas reales que están perdiendo los políticos populares por vivir dentro de la burbuja de los privilegios. Con coche oficial y escoltas se aprecia la realidad muy malamente y el PP ha sido siempre muy coto cerrado, donde las innovaciones y aquellos susceptibles de “hacer sombra” al de al lado están muy mal vistos. No hay sangre nueva, de refresco, recambios en las listas que empujen a la maruja, al mileurista o al jubilado. La política de “somos los que somos y demasiados ya para repartir” da lugar a una especie de endogamia babosa y excluyente. El partido no se abre ni a las bases ni a los votantes, todo para ellos.
 
Lo veo en el ejemplo intragable de que, en las listas al Congreso y al Parlamento Andaluz, en el caso que me concierne, meten con calzador a sus alcaldes afines, para que acumulen sueldos y cargos. Y desempeñen mal ambas funciones, porque la trasmigración es cosa de santos y de místicos y pésimamente se puede estar sentado en dos sillones a la vez. Pero es lo que tenemos. La moral de los pelotas, el amiguismo, la dedocracia y “el hijo de”. De ahí se puede sacar cacho para la letra de las chirigotas y de las murgas, porque, ahora que nos quedamos sin el Tomate para contarnos las novedades judiciales y el curso de los procedimientos penales, tendremos que acudir a los carnavales para chupar deformaciones histriónicas de la realidad, o que siga adelante la saga de Torrente. Cualquier acercamiento, por escatológico que sea, a lo que acontece fuera de los despachos enmoquetados, resulta, en verdad, saludable.
 
¿Que resulto demasiado escéptica con respecto a los grandes partidos-cortijo? Sí. Hay numerus clausus y las penas del personal les rebotan. Todo en ellos se ciñe a idénticas promesas: dinero y pleno empleo. Mentira. Hay una recesión y jamás van a conseguir el pleno empleo, va a ser al revés y España se llenará de inmigrantes en paro creando conflictividad social y mayores bolsas de pobreza. Mejor que estos personajes de chirigota, que pretenden encandilarnos, empiecen con propuestas pequeñitas y cotidianas, que nos lleguen y nos alcancen. Y lo digo porque, en la ciudad de Málaga, el Ayuntamiento está dando licencias a los tiburones de las promotoras para que construyan infraviviendas y saquen así, especulando, más pelas. Sí, los del PP malagueño, aquellos que se pusieron como fieras cuando una ministra socialista anunció lo de construir agujeros de treinta metros y meter en ellos a los jóvenes y a los mileuristas. Por lo menos la tipa socialista hacía una propuesta para pobres, cutre e inhumana, pero la mujer daba alguna solución. Pero los peperos malagueños que permiten construir colmenas de hasta veinticinco metros para que se ahoguen las criaturas, no lo hacen por pobretería, sino por dar árnica a los buitres de las promotoras. Tíos, que asco y que hipocresía. ¿Una medida bien aceptada? De menos de setenta y cinco metros no se construyen en España ni las casetas para las mascotas, porque a los gobernantes no les sale de la punta del carajo el que los españoles se amarguen y se hacinen. Y bastonazo y tente tieso a cualquier sospecha de especulación, que llegue Hacienda con las rebajas y cruja a los carroñeros y los dineros que les saquen para construir VPO, nunca de menos de noventa metros y a metro cuadrado de zona verde por metro cuadrado de cemento. Pero, desengáñense, como me he desengañado yo, la troje de la mies de la política está por llegar, el tío carismático que comprenda nuestros sentires, que lata con nuestras expectativas, que se ponga a la labor de hacernos felices, ese que impedirá el que traten a los detenidos como a los perros y les tengan sequitos y estragados, el que nos limpiará las calles de chusma y dará la llave de oro de las ciudades a los ciudadanos honrados, el que amará con fuerza a España y los españoles le devolveremos el doble de amores… Ese que, con el pueblo, si él vale dos, y nosotros valemos dos, en conjunto no valdremos cuatro sino ocho. Ese está por llegar. Estén atentos, porque lo mismo toma su misma línea de metro. ¿Estos que tenemos? Personajes de chirigotas.

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