Tanto en los barrios de los suburbios como en las grandes ciudades conquistadas por la invasión inmigratoria, ha arrasado el candidato islamo-izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
“La revolución cultural nihilista que caracteriza a nuestro tiempo no es una subversión contra el poder establecido, sino al revés, un instrumento a su servicio, un arma en manos de los que mandan”.
Como en el Sexenio fernandino, los Ugartes y Chamorros (hoy Garzones y Monteros) animan con sus ocurrencias y disparates una vida política que oscila entre el marasmo y el tedio.