Liberal, primo del woke

Parecen estar enfrentados, pero no se trata, en realidad, más que de los mismos perros con distintos collares. O casi.

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El liberal es primo, hermano mayor o incluso papá del woke; tomando por woke al interseccional, neofeminista, crítico de la raza... última deriva de la izquierda; y por liberal al liberal nominal o liberalio, al socioliberal, al centrista, al neoliberal e incluso al neocon. Es decir, al 95% de la política y opinión.

Las actitudes ante la guerra en Ucrania han demostrado la gran similitud entre los dos. Para empezar, piensan parecido en términos de geopolítica, lo que determina la visión del mundo. Los dos llevan el mensaje providencial de los derechos humanos; el fanatismo del woke contra todos los tipos de opresión interna es el del propagandista de la OTAN en su extensión de la ‘democracia’, ya sea con bombas de Bush (derecha) o de Solana (izquierda).

Son el Bien, transmiten la buena nueva de lo ‘antifa’ o lo ‘demoliberal’ y al de enfrente no le reconocen interés legítimo.

Por eso, atreverse a señalar las responsabilidades de EE. UU. equivale a ser propagandista de Putin, lo que se parece mucho a los razonamientos del Black Lives Matter: si no eres antirracista, eres racista. Al que discrepa se le tiene de agente ‘putiniano’, se pide su despido o no publicación. Ostracismo o represalias. Es la actitud del woke, y deriva de una misma superioridad moral que no admite discusión.

‘Lib’ y ‘woke’, uno y otro, viven ajenos a la realidad de la biología o el poder, y en los dos se percibe un fondo común socialdemócrata y posmoderno: la guerra se ‘lucha’ hipócritamente, es ‘como si’ estuviéramos en guerra.

Esta coincidencia entre el liberal y el woke ya la vimos en la infamante desinformación sobre Trump y en el trato al ‘no vacunado’. Ahora le toca al ruso, a lo ruso o filorruso, y Occidente se defiende generalizando la cancelación universal, un gran sistema de desconexión, de bloqueo, de ‘baneo’ movido por invisibles hilos de virtud e indignación. La globalización, de repente, no lee tu tarjeta.

El woke y el liberal se diferencian en matices, cuestiones de grado, ámbito y formación, pero en el fondo y hasta en la forma coinciden a menudo.

© ABC

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