Pemán seguirá habiendo nacido en el lugar donde nació, pero interesa que se ignore, entre otras cosas porque existe esa envidiosa inquina a quien hizo algo de mérito.
Tras esas precisas palabras, el carihuraño y buen actor José Sacristán dijo que se veía obligado a felicitar a Ayuso por su triunfo en Madrid. Buen gesto, el del cómico, al menos.
Dentro de medio siglo a lo mejor se leerá que en un mitin dispararon fuego real contra un líder podemita, cuyos pacíficos seguidores eran a su vez apaleados por la policía y los matones de la extrema derecha.
Recordemos que Oclocracia es el gobierno no del pueblo sino de la plebe, de ese lumpen del que dice abominar Iglesias mientras lo arrulla e implora su voto.