En una sociedad como la nuestra, de consumo, opulenta para pocos, cuyo dios es el mercado, la imagen reemplazó al concepto: se dejó de leer para mirar, aun cuando rara vez se ve.Y así los artistas, actores, cantantes, locutores y conductores televisión han reemplazado a los intelectuales.
“¡Hala, pecado! ¡Ha dicho mariconez!”, exclamaron, haciendo pucheritos, los aguerridos representantes de la generación más tonta de la historia de España.