Así escribía a los yihadistas el gran escritor Philippe Muray. El mismo que califica al hombre contemporáneo de Homo Festivus: esa extraña especie que, al cabo de decenas de miles de años, ha acabado sustituyendo al Homo Sapiens.
No hay nadie más racista que la gente antaño llamada "de color". Pero no son racistas de lo suyo, sino que son racistas pro blancos. Quieren ser blancos, sueñan con ser blancos, vivir entre los blancos poseer a la mujer blanca o parecerse a ella. Pero cuando ven que ello no resulta posible…
"Basta con utilizar el ejército para la misión que le ha sido históricamente encomendada, o sea, defender nuestras fronteras. Es perfectamente posible poner fin a esta inmigración desordenada y masiva."