Se ha venido abajo el gran Plácido. Acosado durante meses por toda una jauría de lobas acompañadas de sus correspondientes lobos, ha acabado cediendo a sus dentelladas.
Hay que andarse con ojo, no vayamos a ir por la vida de rebeldes con causa y críticos del sistema, pero luego sólo valoremos a los escritores y pensadores que reciben premios oficiales y/o a los que copan la lista de autores más vendidos.
No tardé en darme cuenta de que el ballet clásico acabará por perderse, víctima de su gracia, de su perfección, de su femineidad, virtudes aristocráticas incompatibles con el hembrismo dominante.
¡Feliz Navidad y Feliz Solsticio de Invierno a todos!