Pocas veces se ha oído un discurso tan claro, firme y decidido como el pronunciado por Viktor Orbán. Pocas veces se ha celebrado en Europa un evento tan importante como éste que relatamos.
Tener razón contra todo pronóstico, ver crecer la hierba antes que los demás, mirar la luna cuando otros miran el dedo que la señala. Éste parece ser el sino de este país, y de Europa central en general.