El fracaso de las políticas preventivas desarrolladas hasta la fecha se manifiesta de tal magnitud que el mismito presidente del gobierno ha quedado como en shock, pasmado, abducido también por otras preocupaciones que deben de parecerle más importantes.
Pocas actividades son más apacibles que la de librero de lance, negocio al que debemos felices hallazgos y tardes enteras de vagabundeo entre los anaqueles de esos comercios.