1. ¿Qué piensa si lee en el periódico que el último año ha disminuido el número de turistas y visitantes de los grandes museos nacionales?
a) Es una enorme desgracia, fruto de la incultura a la que se ven sometidas las masas. Se queda consternado ante la noticia y exige que las autoridades lancen grandes campañas de publicidad. Cuantos más turistas vayan a los museos, mejor.
b) La noticia le deja totalmente indiferente.
c) Se pone más contento que unas pascuas pensando que la próxima vez que vaya a ver Las Meninas no tendrá que soportar tantos embobados turistas a su alrededor. La noticia, piensa, sería muy de lamentar si el arte les interesara de verdad, pero lo cierto es que…
2. Un curioso grupo de acción político-cultural lanza una campaña para que se cierren todas las cadenas de televisión. Poco después, dicho grupo es disuelto por las autoridades, y sus miembros encarcelados con objeto de que no sean linchados por las masas enfurecidas. Ante ello se dice que:
a) Aparte de estar más locos que una cabra, son auténticos fachas. Es cierto que los programas de televisión son a menudo una basura, pero no por ello se tiene que negar el derecho a la libre expresión. Todo el mundo tiene derecho a opinar.
b) Yo miro muy poco la televisión (y cuando veo Sálvame, lo hago a escondidas). Si, claro, entiendo lo que estos locos pretendían, pero es intolerable semejante “elitismo cultural”. Se piensan que son más cultos y refinados que la mayoría de la gente.
c) Es la medida de salubridad pública más necesaria que se puede tomar. La televisión no sólo es nociva por su contenido. También lo es por el tipo de relación que establece con la imagen y por su forma de relacionarnos con el mundo. ¿Quién dijo aquello de que “la televisión es el invento del Maligno”?
3. Con ocasión de su última estancia en una casa rural, descubrió, perdido en un valle de los Pirineos, a un viejo pastor totalmente analfabeto, rebosante de agudeza y sutileza, que aún sabía cantar algunas coplas de nuestro perdido Romancero.
a) Se apiadó de la ignorancia de aquel pobre hombre y le regaló un Silabario de uno de sus hijos pequeños a ver si aprendía a leer.
b) Se puso a grabar los romances que cantaba el pastor, pensando que podría sacar un buen partido vendiéndolos a una editorial
c) Mientras lo escuchaba emocionado, se le hizo un nudo en la garganta y se echó a llorar.
4. Han despedido a una empleada de la limpieza del Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía por haber echado a la basura un montón de alambres retorcidos y clavos oxidados que, mezclados con hollín, estaban en el suelo de una sala. Al no percatarse del rótulo Amantes descompuestos que daba título a tal producción, la inculta trabajadora causó un daño irreparable a la obra de un célebre autor cuyo nombre usted ya has olvidado. Ante ello:
a) Se apenas por el irreparable daño sufrido por el arte contemporáneo y opina que se deberían impartir cursos de formación artística para el personal de los museos y muy en particular para los trabajadores de la limpieza.
b) Reconoce que, a veces, los artistas contemporáneos se pasan un poco, pero en ningún caso se debe criticar o coartar su libertad expresiva: ésta tiene que seguir siendo promovida con fondos públicos
c) Salta de alegría porque habrá una mamarrachada menos en el museo y propone que se abra una suscripción popular para indemnizar a la trabajadora despedida.
5. Un amigo suyo le dice que ha descubierto una iglesia medio clandestina en la que, incumpliendo las órdenes del papa Francisco, se dice la misa tradicional en latín. Piensa que:
a) Su amigo es un carca de mucho cuidado, así que más vale dejar de frecuentarlo de inmediato.
b) La misa en latín es una curiosidad exótica como otra cualquiera. Hay gente para todo.
c) Usted, que dejó de ir a cualquier iglesia al no soportar las ñoñerías que han sustituido a los grandes ritos de antes, va con su amigo a ver de qué va la cosa. Le emociona en especial saber que se oirán los mismos cantos y se reproducirán los mismos gestos que han marcado la vida de los hombres desde hace quinientos años o más.
6. Lee en la prensa que el pasado verano un tribunal de Dinamarca encarceló durante un mes a dos jóvenes españoles por pintar grafitis en un tren. Además, cada uno tuvo que pagar 3.000 € para compensar los daños ocasionados.
a) Bulle de indignación ante semejante injusticia que sojuzga la libertad de expresión artística. Y si los daneses quieren conservar limpios sus trenes limpitos —se dice— no tienen más que poner grandes murales donde la gente pueda dar libre curso a su creatividad artística. ¡Todos llevamos un artista escondido dentro! Sólo se requiere que las condiciones sociales permitan que salga a la luz.
b) En realidad, los graffitis le horripilan, pero los defiende diciéndose que también los menos dotados tienen derecho a expresarse; aunque, eso sí, a través de cauces adecuados. Lo que nunca se debe permitir es que pinten sus obras dañando el mobiliario público
c) Respira aliviado diciéndose que, al menos en Dinamarca, no se permite ultrajar públicamente el arte con semejantes garabatos. Lamenta, no obstante, la suerte de estos pobres infelices que dieron con sus huesos en la cárcel, cuando otros, pintando y exponiendo mamarrachos, perciben sumas colosales.
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Si ha obtenido de 0 a 2 puntos. Su corrección política es excelsa. Le felicitamos por lo bien que se lo debe de estar pasando y le auguramos una brillante carrera dentro del sistema de valores actualmente vigente. Lo único que no entendemos es qué hace leyendo El Manifiesto; pero le agradecemos mucho su interés.
Si ha obtenido de 3 a 8 puntos. Se ve que a usted le van las cosas tibias te. “Ni lo uno ni lo otro”, “no hay que exagerar”: tales son tus lemas. Pertenece, sin duda, al gremio de los “mecachistas”, aquellos que exclaman: “¡Mecachis, mecachis! ¡Qué degradado que está el mundo contemporáneo, pero pese a todo es tan bueno!…”.
Si ha obtenido de 9 a 12 puntos. Como usted es inteligente, comprendió en seguida que el “caballo ganador” era la respuesta c). Y si sólo le importaba ganar, se habrá apuntado casi siempre a esta respuesta. De forma que lo sentimos, pero no tiene usted ningún mérito. Si, por el contrario, ha contestado sinceramente a las preguntas, le otorgamos sin vacilar la Gran Cruz de lo Políticamente Incorrecto. Toda cruz, en efecto. Pero hay que saber llevarla con humor.
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