La Gran Sustitución de nuestra Civilización

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¿Quién quiere ser sustituido?

¿Quién desea perder su identidad?

 

 

Perder nada más ni nada menos que la identidad de nuestra civilización, de nuestra patria, de nuestra forma de ser y sentir, de nuestra identidad más propia, más personal. Esa identidad intransferible que para existir necesita la arraigada presencia de las identidades colectivas, de igual modo que para respirar es indispensable el aire.

Tal es el tema —LA GRAN SUSTITUCIÓN—[1] de este sexto número de EL MANIFIESTO, Revista de pensamiento crítico. Presentada en papel como siempre, para que nada se pierda, para poder guardarla y coleccionarla; y también en versión digital para quien así lo prefiera o la distancia lo requiera.

Tal vez acabemos siendo sustituidos, y dentro de no demasiadas décadas Europa haya dejado de ser Europa. O tal vez no. Tal vez consigamos, en un último suspiro, al borde mismo del precipicio, reunir fuerzas suficientes para impedir la debacle. Tanto en un caso como en el otro, resulta indispensable, ineludible estar informados de lo que está en juego. Tal es el objetivo de este número.

Destacan en él algunas colaboraciones propiamente extraordinarias, como la de Stephen Smith, que efectúa una impactante —e irrebatible— proyección demográfica sobre el avance de población africana en Europa: en los próximos 30 años, serán 150 millones más. O la colaboración de Dominique Venner, que en uno de sus último textos, antes de poner testimonialmente fin a sus días, se preguntaba por qué nuestros dirigentes fomentan la inmigración. O la de Renaud Camus, «el padre de la criatura», el creador y promotor del concepto de La Gran Sustitución, a quien se suma Jean-Yves Le Gallou, para concluir el número con una nota de cierto optimismo al analizar los medios con los que la actual invasión podría ser detenida. No se trata de ninguna quimera: son medios técnicos, concretos, eficientes. Hace falta, eso sí, que los Gobiernos tengan la voluntad de ponerlos en práctica.

 

SUMARIO

 

  • Javier Ruiz Portella
    Deportación (voluntaria) de poblaciones

  • Guillaume Faye
    Europa estará muerta en 20 años

  • Alain de Benoist
    La asimilación de los inmigrantes no es ni buena ni mala: es imposible

  • Stephen Smith
    En 30 años habrá en Europa 150 millones de africanos

  • Éric Delcroix
    La compasión, responsable de la invasión

  • Dominique Venner
    ¿Por qué nuestros dirigentes fomentan la inmigración?

  • Renaud Camus
    Las palabras que la Gran Sustitución prohíbe usar

  • Jean-Yves Le Gallou
    Frente a la invasión, un «limes» marítimo

 

[1] Otros, traduciendo más literalmente del francés “Le Grand Remplacement”, la llaman “El Gran Remplazo”; término perfectamente correcto, pero al que preferimos el de “La Gran Sustitución”, pues nos parece más expresivo, más vívido, aparte de permitir sonoros pareados como el de “La actual Gran Invasión lleva a la Gran Sustitución”.

Por todo ello abrimos una encuesta (en portada)  a fin de ver por cuál de dichos términos se decantan nuestros lectores.  Y no, no son bizantinismos con los que se entretiene el equipo de EL MANIFIESTO mientras al otro lado de la muralla los invasores avanzan. La importancia política de las palabras es incalculable. Si, por ejemplo, a los separatistas vascos y catalanes, en lugar de darles el nombre que ellos mismos se dan de «nacionalistas», se les hubiera denominado desde el primer día por lo que son: separatistas o secesionistas, la idea misma de «nación» no estaría tan degradada como lo está hoy en España  y aún tendría algún arraigo la idea de Nación española.


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