Los viejos cuestan demasiado

El suicidio masivo de los ancianos nipones es lo que propone —totalmente en serio— un sesudo profesor japonés de la universidad estadounidense de Yale (treinta y tantos años tiene el mozalbete).

La verdad es que la cosa ya está empezando a ser demasiado recurrente. Por tercera vez que nos vemos obligados a sacar noticias análogas. Primero (CARTA CONFIDENCIAL N.º 7) fue lo declarado por el Fondo Monetario Internacional (“Los ancianos viven demasiado. Tenemos que hacer algo").

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¡Don Pelayo, que vuelven!
 

Que vuelvan (sin viajar en patera, y cuantos más, mejor). Para conseguirlo, se le ha ocurrido una brillante idea al PRUNE, el partido islámico de España, activamente presente en las próximas elecciones municipales. Lo que ha hecho han sido varias cosas. En primer lugar, invocar... la expulsión de los moriscos decretada por Felipe III allá entre los años 1609 y 1613.

También surgen, a veces,
noticias alentadoras

Ésta, por ejemplo, procedente de la ciudad de Oxford, donde se nos ofrecen dos imágenes de la misma calle y tomadas  desde el mismo ángulo.

La imagen de arriba pertenece a un cuadro del año 1810; la de abajo, a una fotografía tomada el año pasado. ¡Alucinante! No hay, entre ambas, la menor diferencia. Los edificios son exactamente los mismos. Sólo cambian, como es lógico, los vestidos de los viandantes.

¡Qué prodigioso respeto tanto por la belleza como por el mantenimiento de nuestro pasado! ¿Existe acaso algún otro lugar en el que pudiera darse algo parecido? Si alguien lo conoce, que nos lo comunique, por favor.

A la cárcel por matar una rata. Pero se legalizan… otras cosas. ¿Cuáles?

Las animaladas de los animalistas no tienen límite. No vamos a insistir en las penas de entre 6 y 18 meses por matar… una rata. El asunto ha sido ampliamente comentado y ridiculizado, y nuestra CARTA CONFIDENCIAL tiene por misión difundir noticias escasamente conocidas.

Conviene, sin embargo, explicar las “razones jurídicas” (alguna habrá) de semejante esperpento. También es necesario abordar ciertos aspectos menos conocidos de la animal ley, como algunas aberrantes... “permisividades jurídicas” que le dejan a uno estupefacto. Se trata de

Lo de los talibanes afganos se parece a lo de los separatas catalanes

¡No exageren, por favor! ¿En qué se parece? Es cierto que la presencia musulmana en Cataluña —propiciada a fin de evitar la indeseada presencia de hispanohablantes sudacas— está alcanzando límites desmesurados. Sin embargo, ni los separatistas de la CUP se pasean por las calles de Barcelona armados (hoy por hoy) de Kalashnikovs, ni las mujeres catalanas se ven obligadas (todavía) a taparse con burka alguno. ¿Dónde ven, pues, la similitud, señores de EL MANIFIESTO?

En los años 50 el hiyab daba risa en Egipto

Ya que de talibanes y burkas hablábamos, recordemos que no siempre las cosas han revestido en el mundo islámico el tétrico aspecto que las caracteriza desde las últimas décadas.

Vean, si no, cómo, en 1958, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser se burlaba del uso del hiyab ante una hilarante y masiva concurrencia. Es obvio que, si lo hacía, era para contrarrestar las pretensiones integristas que querían hacer obligatorio el uso del hiyab. Y que acabaron imponiéndose.

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