Todo esto es tan raro que no puede salir bien. Un Gobierno no puede alterar radicalmente la política antiterrorista, dar oxígeno a los secuaces de ETA, patrocinar reuniones con ellos, ceder a algunas de sus exigencias, permitirles incluso optar a fondos públicos, y de repente, a seis meses de las elecciones, darle a todo la vuelta, detener a todos los que temporalmente habían sido hombres de paz para retornar exactamente al mismo punto de partida de 2004. ¿Exactamente? No: durante este tiempo, el Gobierno ha perdido la oportunidad de dar el golpe de gracia a ETA; en vez de eso, la ha revitalizado. ¿Pretenden arreglarlo ahora? ¿Por qué?
JJE
Vuelve a hablarme El Fumador, como en los viejos tiempos. Ahora no tiene nada que ver con la política antiterrorista, pero guarda la sabiduría de muchos años de brega. Al otro lado del teléfono, escupe:
“Pues qué bien, ¿no? Al fin y al cabo, que la Justicia detenga a la cúpula de Batasuna es la cosa más normal del mundo. Lo que no es normal es lo que ha venido pasando, y por eso la pregunta que tenemos que hacernos es por qué ahora sí y antes no. Hombre, es que es muy fuerte pasar de hombres de paz a carne de trullo. Te diría que han hecho esto para acosar de flanco a Ibarretxe, pero me parece que la jugada no llega tan lejos. Simplemente, es política electoral.
”Escucha: esta gente ha aplicado a toda su política el mismo modelo, o sea, no hagas nada que no pienses que va a darte un puñado de votos. Hace tres años, con este país acojonado, lo que daba votos era la paz. Hoy, cuando ya todo se les ha ido de las manos, lo que da votos es la firmeza. Alguno pensará, ya sé, que esta es una decisión unilateral de Garzón. Hay gente “pa tó”, que decía el torero. Y Garzón es tan raro que lo mismo va y se quiere postular ahora para mayores cosas. Pero no lo creo, no. A mí esto me suena a maniobra gubernamental en la oscuridad y a la desesperada: tratar a toda prisa de recuperar el tiempo perdido, una vez fracasado el proceso de negociación con ETA. Quizá, después de todo, lo de Rosa Díez les ha asustado más de lo que creíamos. O quizá es una forma de prevenir un atentado inminente; si es por esto, el paisaje no pinta nada bien.
”Date cuenta: estamos igual que cuando Aznar despidió legislatura, o sea, con Ibarretxe flamenquito y Batasuna acosada por la justicia. Para este final, que algunos habíamos previsto ya, y tú lo sabes, podíamos habernos ahorrado tres años de humillación del Estado, babeando detrás de los asesinos. Porque no estamos igual que con Aznar, no: estamos mucho peor. Tenemos a gente de Batasuna en el parlamento vasco y en muchos ayuntamientos vascos; tenemos al cogollo más cerril del PNV exasperado y al borde de hacer tonterías irreparables; tenemos al mundo subterráneo del terrorismo manejando dinero público; tenemos a una parte importante del socialismo vasco manchada con declaraciones estúpidas y con palabras que ahora se tendrán que tragar; tenemos a ETA vigilada, pero en absoluto controlada y, mucho menos, asfixiada. Estamos peor que en 2004.
”¿Lo que pueda pasar ahora? Yo ya estoy muy lejos de esto, pero hace cinco o seis años, en una situación así, lo más probable es que ETA hubiera respondido con un buen golpe, como para demostrar que a ellos no les afectan los sufrimientos de los políticos batasunos. No sé si la ETA de ahora está en condiciones de dar uno de esos golpes. Si lo está, lo hará. Por supuesto, no por eso hay que dejar de detener a los batasunos. Pero cuántos retrocesos nos habríamos ahorrado si este hombre hubiera tenido un poco de sentido común…”
Y como de costumbre, sin despedirse, el Fumador colgó.