No, no es ninguna broma, ni un meme, aún menos un bulo. Es un delirio, eso sí, pero cierto... y terrible. Como ciertas y terribles son las condenas de británicos blancos a varios años de cárcel por ondear, por ejemplo, la bandera nacional ante un centro musulmán, o por emitir opiniones en contra de la acogida que el Gobierno de Su Majestad dispensa a la invasión migratoria. Eso ya empieza a recordar a aquella Camboya en la que a los urbanitas que llevaban gafas (señal de cultura) Pol Pot los encerraba eh los campos de concentración.
Cuando, en un preludio de las marchas de Black Lives Matter, grupos de “justicieros raciales” empezaron a echar abajo estatuas y monumentos de generales sudistas, el entonces presidente Donald Trump predijo, ante la burla de los medios, que pronto harían otro tanto con todos los grandes iconos de la historia estadounidense. La profecía, naturalmente, se cumplió, y personajes como Washington o Jefferson vieron desaparecer sus nombres y efigies de colegios, universidades, placas y monumentos.
El progresismo tiende fatalmente a hacer ‘tabula rasa’, demonizando todo lo que vino antes, y la última prueba la tenemos en la deriva totalitaria del gobierno británico del laborista Keir Starmer. Así, una unidad antiterrorista británica califica a autores clásicos de la literatura inglesa como causas potenciales del extremismo de derecha.
L. S. Lewis, J. R. R. Tolkien, George Orwell, Joseph Conrad y Aldous Huxley figuran en la lista de textos potencialmente problemáticos compilada por la Unidad de Investigación, Información y Comunicaciones de Prevent, según la prestigiosa publicación The Spectator. Otros autores cuyo trabajo supuestamente es compartido por personas simpatizantes de «la extrema derecha y el Brexit» serían Thomas Hobbes, John Locke, Edmund Burke, Thomas Carlyle, Adam Smith y William Shakespeare.
En 2011, el Reino Unido introdujo el «deber de prevención» como un componente de su enfoque más amplio de lucha contra el terrorismo, conocido como «Contest». Su objetivo principal es emplear medidas preventivas para reducir el riesgo de amenazas terroristas, lo que abarca la prevención de que las personas se vean atraídas por actividades terroristas, según sus directrices .
El concejal del Partido Unionista del Ulster, John Kyle, criticó la lista, según el medio norirlandés News Letter. «Sé que los regímenes comunistas y totalitarios han visto al cristianismo como peligrosamente subversivo, pero cuando el gobierno británico etiqueta los libros de Narnia de CS Lewis como una amenaza terrorista, su unidad antiterrorista ha perdido el contacto con la realidad», dijo.
El autor Douglas Murray, primero en informar sobre la lista, se hizo eco de las palabras de Kyle y señaló que su propio libro de 2017, «La extraña muerte de Europa», también está incluido en la lista. Murray declaró a la norteamericana Fox News Digital que la lista «es una señal de que quienes asesoran al gobierno han perdido los papeles totalmente».
© La Gaceta
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