Contra el Estado español

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En el Estado español, según la ministra Celáa, el castellano va a dejar de ser lengua oficial y perderá su carácter “vehicular” en la educación. No podemos estar más de acuerdo: esa jerga funcionarial nunca ha sido nuestro idioma, pues siempre hemos hablado en español y no en castellano, al igual que unos pocos cientos de millones de hispanohablantes que habitan al otro lado del Atlántico. Ya era hora de que se hiciera justicia a los que hablamos español en la península, erróneamente identificados con los que parlotean el hasta ahora oficial castellano, una jerga de chupatintas donde se dice recepcionar en lugar de recibir, visualizar en lugar de ver y explosionar en lugar de explotar. Desde luego, semejante neolengua no debe ser vehicular, sino más bien “acemilar”; bástenos con ver cómo se realiza su aprendizaje, pues se obliga a los estudiantes a ejercerse en el castellano con dosis letales de la retorcida sintaxis de los gramáticos, cuyos alambicados análisis logran que el alumno sea incapaz de escribir una simple oración con sujeto, verbo y predicado. Por su misma enseñanza, el castellano difiere de la lengua española que estudiamos los chicos de mi generación, que la aprendimos a manejar correctamente leyendo textos y escribiendo dictados; quizá por esto último identifican el español nuestros políticos con la lengua de la dictadura.

Se comenta que la siguiente innovación interdisciplinar de los ministerios de Igualdad, Cultura, Universidades y Educación consiste en abolir la ortografía, pseudociencia elitista, discriminatoria y opresora; de esta manera se podrá escribir con plena libertad y sin coerciones, pudiendo cada cual expresarse sin temor a generar rechazo social. Por ejemplo: El kasteyano sera una lengüha inklusiba, no diskriminatoria i avierta a la creatibidad de sus ablantes, sin hobligarles a zenyirse al llugo helitista de las tildes, las bes i las ubes o las aches. Mientras no s’aiga terminao la rreforma programá por los ministeryos d’Edukasion i Igualdá,, kada autonomiha rregulara su lenguha ofisial komo desida. Los sicopedagogos i linguystas konsultaos apollan acavar kon una sekular varrera diskriminatoria i ovsoleta .

La evolución natural del castellano, la lengua del régimen, de la nomenclatura que nos gobierna, sin duda seguirá una evolución parecida, ya que la masa siempre tiende a imitar a las clases superiores. Un indicio de ello es que los alumnos de bachillerato podrán pasar de curso sin límite de suspensos; se suprime así otra injusta discriminación y nuestros jóvenes podrán emular la trayectoria vital del doctor Sánchez y la bachillera Lastra, pioneros en estos avances. Los logros pedagógicos de nuestro nuevo régimen son de una trascendencia universal; nunca se había visto nada semejante en el mundo civilizado.

Los hispanohablantes estamos marginados por un Estado que no reconoce la existencia de nuestro idioma y que persigue y pisotea nuestra lengua, cuando no se contenta con ignorar su prosodia. Como nacionalidad oprimida y colonia que somos de las regiones privilegiadas vasca y catalana, creo que ya es hora de que España pida su independencia del Estado español. La oficina de descolonización aún sigue abierta en la ONU.

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