La moral del esclavo nos circunda. Una manifestación de ello y de cómo la fealdad, en sus más variadas manifestaciones, trata de imponerse es la retransmisión de los Juegos Paralímpicos.
a Belle Époque fue un tiempo de barbas y sombreros. Hasta que 1914 puso el mundo patas arriba, todos llevaron la cabeza cubierta con sombreros, tanto más altos cuanto más distinguidos pretendieran ser los propietarios.