Nada como un eslogan para describir el final simbólico de los blancos allende el Atlántico. Una fórmula como "No hay problema en ser blanco" es más que expresiva.
Recomiendo encerrar al menos un año en campos de trabajo forzado de la isla pavorosa a las feministas y sus mamalonazos profesores ecosexuales. Todo sea por la causa.
El tenor más grande del mundo ha de contar con el beneplácito de la comisaria sexual de España, nuestra 'MeToo' de andar por casa, Irene Montero, para poder cantar, por ejemplo, 'Otelo' en el Real.
Nunca he visto gente tan ostensible y políticamente fea. Porque, para ellos, la fealdad es un proyecto político. La exhiben como una especie de bandera negra.