Hoy ya no habrá Constantinoplas, ni Covadongas, ni Poitiers ni Lepantos. Porque ya no quedan pueblos recios, ni hombres grandes ni nada digno que defender.
En eso consiste la gran música: en que, pase el tiempo que pase, provenga de donde provenga y sea quien sea su autor, siga pellizcando algo en el interior del oyente.
Jamás en la historia de España, ni siquiera durante la francesada, pudo imaginarse un saqueo tan sistemático como el que llevaron a cabo los dirigentes republicanos.
El coruñés Wenceslao Fernández Flórez es, sin duda, el más insigne representante del periodismo literario español del siglo XX junto a su paisano Julio Camba.