Un fantasma recorre España, es el espectro errante de Francisco Franco, resucitado de entre los muertos por el doctor Sánchez, que de economía no sabe demasiado, pero que parece bastante ducho en vudú.
Una de las características de los separatismos españoles es que, al revés que los partidos «nacionales», actúan con visión histórica, encarnan un proyecto que tiene un fin.
España es un país dominado por un tipo social que marcará esta época: el pijoprogre, alguien con opiniones muy de izquierdas y acciones de un liberalismo salvaje.
Las últimas elecciones han demostrado que España es un país profundamente conservador, no en el sentido de las ideas políticas, sino en el de la praxis, en el del vulgo que reza ¡Virgencita, que me quede como estoy!