Las compañías plutocráticas se lo llevan crudo sin casi cotizar fiscalmente mientras miles de pequeños negocios cierran, asfixiados de impuestos y confinamientos.
La belleza, ese asunto difícil de definir, indefinible en realidad. La belleza, esa luz clara y oscura que envuelve las cosas, ese estremecimiento que te desasosiega y te embelesa, te pellizca las tripas y te muerde el alma.