Según la encuesta dada a conocer el pasado sábado, 2 de marzo, Donald Trump ganaría la presidencia de Estados Unidos al actual mandatario, Joe Biden, por un margen de 5 puntos porcentuales si las elecciones se celebraran hoy, de acuerdo con la más reciente encuesta efectuada por The New York Times (periódico de bien probada animadversión hacia Donald Trump) y el Sienna College.
Ante tal situación, ¿qué puede hacer el ‘Estado profundo’ para impedir que su más acérrimo enemigo vuelva a acceder al poder máximo? Impedir la victoria de Trump le resulta tanto más necesario cuanto que, escarmentado por lo sucedido en su anterior mandato, es de esperar que esta vez Trump se emplee con mayor contundencia y eficacia frente a unos enemigos... que lo son, en realidad, del conjunto del mundo civilizado.
Ante la imposibilidad de convencer al díscolo pueblo norteamericano —a “los deplorables”, que decía Hilary Clinton—, sólo le quedan al Establishment dos posibilidades: matar a Trump o cometer un pucherazo aún más monumental que el de hace cuatro años. El problema es que, en ambos casos, aparte de las dificultades de realización, quedaría absolutamente manifiesto de dónde habrían salido los disparos o quién habría ordenado poner el puchero a cocinar.
Aparte de que ambos supuestos podrían llevar fácilmente el país a la guerra civil.
Veamos los datos de esta última encuesta efectuada entre el 25 y el 28 de febrero de 2024. Según tales resultados, Donald Trump obtendría un 48% de los votos, mientras que el actual presidente se haría con el 43% de los sufragios. Observemos de paso que no deja de ser asombroso que, independientemente de sus ideas y opciones, un 43% de norteamericanos estén dispuestos a mantener en el poder a alguien aquejado de manifiesta demencia senil.
Los resultados de la encuesta también nos dicen que Biden perdería igualmente, incluso con un mayor margen, si se enfrentara a la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley (contendiente suya, y ya perdedora, en las primarias del Partido Republicano). Nikki Haley obtendría un 45% de votos, mientras que un 35% se iría a Biden.
Preferencias por edades
Biden adelanta a Trump entre los votantes más jóvenes –de 18 a 29 años de edad— con un 53% de preferencias para él y un 41% para Trump. Por el contrario, éste cuenta con mayor preferencia entre los votantes adultos, de entre 45 y 65 años de edad, donde obtiene un 54% frente a un 36% para el senil dirigente demócrata.
Preferencias según origen étnico
Biden gana entre los votantes de raza negra, pero pierde frente a Trump entre los votantes hispanos (un 46% para Trump y un 40% para Biden).
Preferencias según zonas geográficas
Trump se lo lleva de calle en el sur de EE. UU. (un 50% frente a un 40%) y en el medio oeste (un 55% frente a un 39%), mientras que Biden mantiene una ligera ventaja en el noreste (un 43% frente a un 42%) y el oeste (un 49% frente a un 42%).