No están solos ellos —los rusos, de los que habla el artículo—, y nosotros tampoco, los rebeldes de Occidente. La gran dificultad es que, salvo los rusos, la mayoría de los demás defensores de la tradición y la identidad plantean algún que otro problema..., digámoslo suavemente.
Un pensamiento como el Diego Fusaro, al que algunos caricaturizan llamándolo “rojipardo”, ¿qué es, en realidad? ¿Dónde se sitúa? ¿Es de derechas o de izquierdas?
"¿Hay moros en la costa?", decimos todavía hoy para significar la presencia de alguien no particularmente grato. ¿Saben por qué? Agárrense bien, lean este artículo y lo sabrán.