Por favor, pacientes y pacientas lectores y lectoras, amigos y amigas, enemigos y enemigas, compañeros y compañeras, colegas y colegos: con el fin de evitar involuntarias ofensas, comentarios desaprobatorios y onerosos procedimientos judiciales, así como para no herir la sensibilidad de ninguno ni de ninguna, os ruego a todos y todas que aceptéis, sin compromiso ni obligación alguna por vuestra parte, mis mejores deseos para unas jornadas festivas invernales medioambientalmente sostenibles, gastronómicamente agradables, alcohólicamente prudentes, socialmente solidarias, políticamente transversales, ideológicamente plurales, moralmente neutrales, nacionalmente discutidas y discutibles, regionalmente diferenciales y sexualmente equidistantes, practicadas según las tradiciones religiosas y/o las costumbres seculares de vuestra libre preferencia, con todo respeto para las tradiciones y/o costumbres religiosas y/o seculares de los otros y las otras o incluso para la ausencia de opción religiosa o secular alguna, así como un personalmente satisfactorio, afectivamente estable, económicamente exitoso, laboralmente constante, fiscalmente sosegado y médicamente inalterado nuevo año con la numeración que toque según el calendario gregoriano generalmente aceptado en los países de la antiguamente conocida como Cristiandad, lo que no implica menosprecio alguno por otros calendarios de cualquier otra tradición o cultura, religiosa o secular, de las que han contribuido a la configuración de la civilización occidental, o por otros calendarios de cualquier otra tradición y/o cultura, religiosa y/o secular de cualquier otra civilización, o por quienes hayan optado libremente por la no sujeción a calendario, tradición o civilización alguna, todo ello, por supuesto, independientemente de vuestra raza, color, nacionalidad, credo, sexo biológico, género opcional, opinión, edad, apariencia, modelo familiar, equipo de fútbol u orientación sexual.
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