"¡Al rico insecto, a la nutritiva cucaracha!", "¡Venga comida ecofriendly por aquí, venga platos ecosostenibles por allí!", claman las élites (o lo que pretende serlo), deseosas de imponer su Agenda 2030. Ésa según la cual "Nada tendrás, pero feliz serás y contento morirás".
Lo claman a gritos, te lo tratan de imponer con meliflua sonrisa ("¡Es tan sano, es tan bueno!...) e implacable gesto.
¿Aún no te habías dado cuenta, ¡imbécil!, de que sólo es a ti a quien se lo hacen tragar?
Pero ¿aún no te habías dado cuenta, ¡imbécil!, de que sólo es a ti a quien se lo hacen tragar? Ellos no. Ellos siguen zampándose sus buenos jamones ibéricos de Jabugo ("¡Hay que hacer patria!", "La Marca España", estas cosas) sus ricos hojaldritos caramelizados con foie y uvas; sus exquisitas muletillas de rabo de toro y membrillo; sus crujientes crepes de pimientos caramelizados; sus fresquísimos langostinos de Huelva con hierbabuena..., por entresacar sólo algunos de los platos que componían el menú de la reciente Gala de los Premios Goya, a la que acudieron, junto con las más señeras personalidades de nuestro páramo cultural, altos dirigentes de nuestro erial político, como los líderes del PP-SOE, don Pedro Sánchez (presidente del Gobierno) y don Juanma Moreno (presidente de la Junta de Andalucía), quienes aparecen en la foto que ilustra estas líneas departiendo en amigable compañía con la roja ministra de Trabajo, doña Yolanda Díaz.
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