No es lo mismo que te viole un blanco o uno de color

Si eres una violada y quieres que te apoyen las feministas de izquierdas, elige bien a tu agresor.

Compartir en:

Si eres un violador, según seas blanco o "racializado", las sentencias judiciales te declararán culpable o inocente. Si eres una violada y quieres que te apoyen las feministas de izquierdas, elige bien a tu agresor. Para nuestras neofeministas, no todos los cerdos son iguales. Para el cerdo, hay que aplicar la preferencia nacional. El cerdo es, por ejemplo, Depardieu o Bébert. Si quien te ha violado es un varón blanco de más de cincuenta años, sistemáticamente depredador y libidinoso, un varón autóctono, preferiblemente degenerado y endogámico, entonces no vas a tener ningún problema. Pero olvídate del cerdo exótico.

Las damas de las asociaciones feministas de moda están encantadas de gritar contra Depardieu y los de su calaña, pero no han tenido una palabra para condenar al agresor de Claire, un joven extranjero procedente de “Jovenlandia” Sin embargo, el viernes 11 de noviembre, el cerdito en cuestión violó salvajemente a esta joven en el pasillo de su bloque de apartamentos. Para poner fin a su calvario, Claire decidió dejárselo hacer, y sólo cuando llegó un vecino el agresor consiguió finalmente escapar. Con la ropa desgarrada y sangrando, la víctima huyó a su piso, donde alertó a la policía. El agresor, un hombre centroafricano sobre el que pesa desde 2021 una OQTF (obligación de abandonar el territorio francés), fue detenido en los Campos Elíseos. El hombre, que ya había estado encarcelado en el pasado, había abusado de una estudiante de 19 años a punta de cuchillo poco antes de su ataque a Claire.

La violación de Claire no es un caso aislado, y las agresiones sexuales cometidas por extranjeros con una  OQTF contra mujeres de 7 a 77 años, ya sean válidas o estén postradas en cama (los violadores no dudan más en hacer la ronda por los hospitales o en asaltar sillas de ruedas), se multiplican sin que nuestros defensores de la "violencia contra las mujeres" emitan ni una palabra. Indignada, la joven decidió salir de su anonimato para hacer reaccionar a los políticos y a las asociaciones feministas, y así se expresó en la cadena de televisión BFM el lunes 18 de diciembre: "Quiero lanzar un mensaje de prevención, porque ya no estamos seguras. [...] Estoy enfadada en primer lugar con mi agresor, pero también con el Estado y la Justicia. Este hombre tenía una orden de abandonar el país. Creo que, si el Estado hubiera cumplido con su deber y aplicado la ley, no debería haber estado en Francia".

Su iniciativa fue un éxito rotundo. Nuestras feministas, que hasta entonces habían permanecido en silencio, se dieron cuenta de que Claire no sólo había a un cerdo inadecuado en un momento inoportuno (mientras se debatía en la Asamblea Nacional el proyecto de ley de inmigración rechazado por la izquierda y las asociaciones colaboracionistas de la inmigración), sino que además había llamado a Éric Zemmour y a sus partidarios para que transmitieran su testimonio y el mensaje que quería hacer llegar. Así que las feministas se sacudieron por fin el sopor para protestar contra la sórdida explotación de una "noticia" por la "extrema derecha". En el programa BFM Story, Violaine de Filippis, militante de la asociación Osez le féminisme! [¡Atrévete con el feminismo!], se pronunció contra Thaïs d'Escufon, "influencer política" y antigua portavoz de Génération identitaire. Thaïs d'Escufon habló de la violación sufrida por Claire, denunció la relación del agresor con la inmigración, señaló la cobardía de los gobernantes y subrayó la indulgencia que el LFI [el partido izquierdista de Mélenchon] y las organizaciones feministas muestran constantemente hacia ciertos culpables. La activista feminista, en cambio, sólo tenía un objetivo obsesivo: impedir la "instrumentalización" de una "noticia" por parte de la "extrema derecha". Para guardar las formas, la activista primero expresó de boquilla su simpatía por la víctima, y luego dijo que quería ir más allá del caso concreto para "pensar globalmente en la opresión de las mujeres en todas partes". Envuelta cómodamente en los lugares comunes de la doxa del pensamiento correcto, desgranó entonces mecánicamente su trillado discurso de ideas recibidas, mostrando la belleza de su alma enamorada del universalismo. Más allá del caso de Claire, que era específico y por tanto carecía de interés, se trataba de "denunciar todas las formas de agresión" y, sobre todo, de no "estigmatizar" la inmigración, que, según explicó, no representaba "la principal amenaza para las mujeres en Francia". Nuestra marisabidilla continuó explicando que, incluso en la Edad Media, las mujeres eran víctimas de agresiones. ¡Por qué no se remontó hasta la época de las cavernas! El Código de Napoleón, añadió perentoriamente, "había llegado incluso a legalizar una forma de feminicidio en caso de adulterio flagrante". Además, señaló, "nueve de cada diez veces, la víctima conoce a su violador". Sin pestañear, la docta mujer continuó ensartando perlas de corrección política al hilo de sus comentarios convenidos, afirmando que "todas las religiones son patriarcales". Finalmente, puso punto final al debate afirmando que su organización se oponía "a toda opresión de la mujer, en cualquier parte del mundo".

© Le Causeur

Compre 1, 2 o 3.
O suscríbase.

Infórmese, disfrute
y sostenga a El Manifiesto

 

 

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar