Ahí está la paradoja de una epidemia de la que no podemos saber hasta qué punto debe preocuparnos pero que ilustra a la perfección la mundialización de los fenómenos y la abolición de las distancias.
La magnitud de la revolución política que estamos viviendo en Europa y América se comprende cuando observamos el cataclismo del sistema de partidos en el Reino Unido.
Fratelli d’Italia (FDI), que en las elecciones generales de 2013 había obtenido un 2% de los votos y en las de 2018 un 4%, subió en un solo año al 6,5% en las elecciones europeas de 2019.