Una única formación política se ha alzado contra la lacra que representa la invasión turística. Ya es desgracia que sean precisamente quienes pretenden sustituir una invasión por otra.
Esta vez no ha sido en Teruel, sino en la tan taurina Francia sureña donde "Provechito", un toro de la ganadería de Baltasar Ibán, ha sacado provecho para, en una chicuelina dada por otro Iván —Fandiño de apellido y alta torería—, cornearlo y atravesarle el pecho.
Ha quedado claro que si un 20% del pueblo francés está por defender su razón de ser, la razón de ser (o de no ser) es algo que le importa estrictamente un bledo al 80% restante del mismo pueblo.