¿Cómo no caeríamos en la degeneración?
Urge la reacción ciudadana
Nos aproximamos vertiginosamente a un Estado global totalitario que ha cultivado en el último medio siglo, con la excusa de la unificación de Europa, un conglomerado de burócratas y estamentos que no queda claro a qué ni a quién obedecen, y que juegan con grandes sumas de dinero distribuido caprichosamente según pesen los lobbys nacionales o la presión de los grupos políticos