Desde los albores del mundo moderno, hace ya más de tres siglos, la civilización sufre una descomposición gradual que resulta cada vez más irremediable. Nada que se escape al estrecho control de la razón o de su inversión —el irracionalismo—, del cientificismo o del sentimentalismo, resulta tolerable para nuestros contemporáneos. El mito, el símbolo y el rito, esto es, todo soporte material de una realidad trascendente e inmarcesible, es desechado desde entonces sin contemplaciones; también el canon académico y los gustos establecidos desde la moda mediática han seguido estas absurdas prescripciones del gusto estético e intelectual.
Aquello que es esencial, lo invisible; aquello que permanece oculto, el Alma del Mundo; y aquello que remite a nuestro origen, los dioses ocultos en la naturaleza de lo existente, han sido duramente censurados sin excepción geográfica o temporal desde el otoño de la Edad Media hasta nuestros días. Nunca una época se ha encontrado tan sumida en las sombras del oscurantismo como en este Kali Yuga irremediable.
Hay muchos autores imprescindibles perdidos en el río de la historia. Genios del pensamiento que, sin embargo, hoy en día apenas son conocidos, y que casi nadie lee ya. De entre todos ellos, ninguno como Donoso Cortés merece ser reivindicado en lengua española. Es, ni más ni menos, el mayor pensador político de nuestra tradición hispana. Y hoy más que nunca su obra ayuda a entender el horizonte democrático y liberal en España y Europa.
Únicamente las figuras excéntricas, tales como el héroe, el loco, el brujo, el místico, el poeta o el mago, esos personajes capaces de cabalgar el tigre y sobrevivir emboscados al signo de los tiempos, han mantenido con vida el legado de los distintos siglos que, bajo múltiples formas, han transmitido incólume el mismo fuego esotérico de la tradición sapiencial.
A ese conocimiento perenne, a esos nombres inolvidables en los que lo celestial ha encarnado, hemos querido encomendar la Colección Ubi Sunt de la Editorial Manuscritos, recorriendo la infinidad de sendas y la variedad de caminos que conducen hacia una única Verdad impronunciable, capaz de atravesar todo tiempo y lugar, por medio de cualquier vía imaginable, incluyendo las páginas de nuestros autores, para mejor esculpir la Belleza.