Curzio Malatesta
El periódico cosmopolita londinense The londoner ha publicado que menos del 4% de los conductores de los famosos black cab londinenses son negros o de alguna minoría étnica, pese a que éstas conforman un tercio de la población de la capital inglesa.
Uno de los colaboradores favoritos del periódico es el alcalde de Londres, Ken Livingston, amigo de Hugo Chávez y presidente de la Unión Antifascista, al que recordamos hace unas semanas inaugurando
una nueva estatua a Nelson Mandela en Westminster.
Según The Londoner y la BBC, los conductores de este tipo de taxis ganan más de 30.000 libras al año. Más dinero que el que ganan los conductores de mini-cab de mayoría no-blanca.
El alcalde Livingston ha dicho: “Desde que lanzamos la campaña el año pasado, más gente de origen negro, o de otras minorías, están haciendo trámites para ser conductores de los black cab, pero todavía queremos más”.
Diversidad a la fuerza
En 1999 la Policía Metropolitana fue acusada de “racismo institucional” y se pidieron urgentes reformas en el Documento Macpherson, a raiz del asesinato de Stephen Lawrence. Este joven negro fue apuñalado en el sudeste de Londres por otros jóvenes blancos en 1993 sin que, según los padres de la víctima, se hiciese lo suficiente para aclarar el caso.
El Documento Macpherson proponía el nuevo rumbo a tomar: la promoción a toda costa de más miembros provenientes de minorías étnicas.
En Septiembre de 2006, la Policía Comarcal de Gloucester fue llevada ante los tribunales por desechar ilegalmente 108 solicitudes de empleo hechas por blancos. Seis meses antes las policías de Avon y Somerset admitían haber desechado cerca de 200 solicitudes hechas por blancos. Ambas lo hicieron buscando implementar la diversidad dentro de sus miembros.
Los profesionales de recursos humanos del sector público se encuentran con un dilema. Por un lado, se les está pidiendo que empleen más personal proveniente de minorías étnicas para que reflejen la comunidad a la que sirven, y por otro lado, tienen que cumplir con la legislación de igualdad de oportunidades (también para los blancos, ¿no?).
La discriminación positiva es, todavía, ilegal, y toda persona que quiera conseguir un trabajo en el Reino Unido debe ser seleccionada en relación a sus méritos y cualificación. Nos lo contaba Sally O’Reilly en su artículo para la revista digital de negocios y recursos humanos
Personneltoday.com.
¿Quieres ser ciudadano?
El fascismo de mañana se llamará antifascismo. Lo dijo Mussolini. No sabemos si el Duce estaba pensando en Ken Livingston, pero nos viene bien la frase para el caso.
Se están transformando las sociedades europeas con martillo y cincel, pero no sabemos si el plano del futuro lo ha trazado un arquitecto excelso y cualificado o un albañil metido en negocios de fraude inmobiliario y cegado por algún pelotazo. No obstante, hay una parte de la tradición occidental, en la que todavía nos podemos apoyar: el derecho.
Hay otro ejemplo que a algunos nos inspira y que quizás ayudaría a hacer efectiva esa necesidad de integración (la de verdad: ellos a nosotros) y consolidación social. ¿Saben cómo se romanizaba al personal?:
con 21 años de servicio en las legiones.
El pasado sábado, 6 de Octubre, los británicos pudieron ver la pelea por el título de los pesos ligeros de la Commonwealth de Amir Khan contra Scott Lawton en el Nottingham Arena. La joven promesa de los
“musulmanes británicos” le dio la del tigre del Caspio al contendiente blanco. Khan ha sido puesto como ejemplo por el líder conservador David Cameron en su proyecto de
nuevo servicio nacional para la juventud británica.
Entre los seguidores se veían muchas caras negras y asiáticas. Ninguno de los periodistas comentó los abucheos del público blanco (bastante antideportivos por lo demás, aunque comprensibles) al final de la pelea. Un periodista se le acercó y le dijo: gran fin de semana para el deporte británico: Inglaterra vence a Australia en rugby, tú ganas el combate…¡y mañana Hamilton! Khan le respondió haciéndose eco de la misma alegría por la victoria en el rugby y la esperanza de que Hamilton lo hiciera bien el domingo.